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Hablando y sin palabras

Lo inevitable

Lo inevitable La regla de la vida es, nacer, crecer, reproducirse y morir.

Viéndolo de esa forma, no puede ser más sencillo!

Pero las cosas no lo son, siempre pensé que mis problemas comenzarón el día en que tomé el trapeador y ayudé a mi abuela con el aseo de la casa. Lo hice tan bien que le gustó y pensó que podría hacerlo todos los días, cosa que al principio resultó de los más divertido, pero que pronto al convertirse en un deber dejó de serlo.

Llegarón los deberes de la escuela, aprender a leer, escribir, sumar, restar etc, y a comprender a mis compañeritos, unos tan lindos y otros que simplemente no tenian nada de interesante (niña observadora) Recuerdo aquel, estudien para el examen... cuántas veces me pregunté qué significaba aquello. estudiar, llegaba a casa y simplemente no sabía cómo hacerlo. Miles de signos de interrogación aparecían en mi cabeza, lo que significaba que no sabía qué quería decir aquello (y todavía aparecen cuando escucho algo nuevo)

Después el colegio y más deberes! sociales, espirituales etc, cada vez más, pero me acostumbré a ellos. La rutina era levantarme temprano para ir a clases, regresar a casa, almorzar y hacer mis tareas, estudiar, ver televisión, escuchar música, la visita de algún(os) amigo(s), ayudar en la casa, en fin... todo estaba bien.

LLega la Universidad y las cosas se vuelven más agitadas, los deberes anteriores con nuevos, un trabajo a medio tiempo, nuevas relaciones sociales, amigos nuevos, asi que tenía que quedar bien con ellos, salir de parranda, en fin... todo color de rosa dentro de su claro-oscuro.

Pero el día llegó, y las clases acabaron... y un título bajo el brazo, pero ya no más salidas diarias a la misma hora, para ver a la misma gente y tengo que estar en casa esperando lo nuevo. Y se tarda, se tarda tanto que parece una eternidad. Y estoy ansiosa, y me deprimo y necesito acción, necesito investigar, las tareas grupales, las exposiciones, los salones, los compañeros y hasta los maestros. Ya no hay nada de eso! Y se acabó el trabajo a medio tiempo tambien, y los días libres que al principio eran estupendos, han dejado de serlo y mis tardes se volvieron eternas, y la soledad... tambien se vuelve eterna. Ya los amigos no llenan. Y aparece la necesidad de contraer responsabilidades, de tener deberes, de sentirse útil, y se tarda, y parece que no llega.

Un recuento a lo rápido de lo que fue mi vida desde los 7 años hasta los 24.

Ahora que tengo mis deberes y mis responsabilidades, y mis tardes ocupadas, y mi estres y mis dolores lumbares... hago el mismo recuento y me convenzó más de que mis problemas comenzarón aquella tarde en que ayudé con el aseo de mi casa.

2 comentarios

aretuza -

Leiste el alquimista?

Pues sí, las cosas nunca serán las mismas.

Sleepwalk -

Una vez mas, leerte es mirarme en un espejo. Lo mio no empezo a tan temprana edad, pero coincido en ese momento de que al salir de la escuela, las cosas cambian totalmente